Paraná, 31 de agosto de 2011.
De su mano, muchos de los que se inspiraron para iniciar el camino de la liberación, lo hicieron a través –entre otros- de esa musa literaria de sorprendente legado, aún, en nuestros días.
Sin embargo, la noche violenta de la América se alojó entre esos sueños y hoy, tenemos que recordar el “Día Internacional del Detenido Desaparecido”. A poco de publicarse le primera edición, de “Las Venas…” tuvo lugar el golpe de Estado en el Uruguay.
Sin embargo, como se verá, todavía siguen surgiendo, no se sabe muy bien desde donde, vestigios de aquellos dolores que tanto nos cuestan, precisamente hoy, cuando Entre Ríos es sede de uno de los juicios por la Verdad. Verdad que, ojalá, haya llegado para no volver a irse. Nunca más.
Detenidos desaparecidos
Con el fin de recordar a todas las naciones y gobiernos del mundo la existencia de la realidad de los desaparecidos, la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (FEDEFAM), declaró el 30 de agosto como el "Día Internacional del Detenido Desaparecido".
Desaparición forzada o también, desaparición involuntaria de personas, es el término jurídico que designa a un tipo de delito complejo que supone la violación de múltiples derechos humanos y que, cometido en determinadas circunstancias, constituye también un crimen de lesa humanidad, siendo sus víctimas conocidas comúnmente como desaparecidos o también, particularmente en América Latina, como detenidos desaparecidos (DD.DD.).
El crimen de desaparición forzada, definido en textos internacionales y la legislación penal de varios países, está caracterizado por la privación de la libertad de una persona por parte de agentes del Estado o grupos o individuos que actúan con su apoyo, seguida de la negativa a reconocer dicha privación o su suerte, con el fin de sustraerla de la protección de la ley.
El asesinato de la persona víctima de desaparición forzada, frecuentemente tras un cautiverio con torturas en un paradero oculto, pretende favorecer deliberadamente la impunidad de los responsables, que actúan con el fin de intimidar o aterrorizar a la comunidad o colectivo social al que pertenece la persona. Los efectos de la desaparición forzada perduran hasta que no se resuelve la suerte o paradero de las personas, prolongando y amplificando el sufrimiento que se causa a familiares o allegados. Estos últimos, y especialmente, por su vulnerabilidad, los niños que puedan ser sustraídos de padres afectados, son considerados también víctimas de este crimen.
Otros caminos anteriores
Eduardo Galeano, desde su histórico “Las venas abiertas de América Latina”, nos contó cientos de casos en que los hijos de la parte de América pobre, formaban parte del comercio internacional, ya como esclavos, ya como mano de obra muy barata.
Pero, como podrá apreciarse, la vida era uno de los bienes más baratos a conseguirse por estos lares, de acuerdo a estudios que vienen tomando la luz pública en estos días.
Al menos 83 personas murieron en Guatemala como consecuencia de los experimentos médicos realizados por científicos estadounidenses con 5.000 personas a las que inocularon enfermedades venéreas, hacia mediados del siglo pasado.
Estas son las conclusiones de la comisión estadounidense encargada de la investigación del caso ocurrido entre 1946 y 1948 en Guatemala y en el que miles de personas fueron infectadas con sífilis y gonorrea, como parte de un experimento.
"Creemos que hubo 83 muertos", dijo el científico Stephen Hauser, aclarando que él y sus colegas desconocen "hasta qué punto estas muertes estuvieron directa o indirectamente relacionadas con estos experimentos", informa el diario `Siglo XXI`, según despacho de Europa Press.
En total, unas 700 personas "recibieron alguna forma de tratamiento", la mayoría pertenecientes a grupos especialmente vulnerables como enfermos mentales, prostitutas y presos, algo que la jefa de esta comisión, Amy Gutmann, consideró "un episodio claramente inmoral de injusticia histórica".
Por su parte, el vicepresidente de Guatemala, Rafael Espada, informó que su Gobierno pudo localizar en el oeste del país a cinco de las personas que fueron objeto de estos experimentos, gracias a los archivos existentes en los hospitales donde se llevaron a cabo.
Estas personas, con edades comprendidas entre los 84 y los 85 años, se trasladarán con sus familias a la capital de Guatemala para someterse a un examen médico que confirme que padecieron enfermedades venéreas durante esa época.
El escándalo salió a la luz el mes de noviembre del año anterior, gracias a la investigación desarrollada por un grupo de médicos estadounidenses y financiada por los Institutos Nacionales de Salud.
Entonces, Estados Unidos, a través de su secretaria de Estado, Hillary Clinton, se limitó a pedir disculpas, explicando que estos experimentos estaban destinados a probar la eficacia de la penicilina.
Por su parte, Guatemala amenazó (sin concretar hasta el momento) con trasladar el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
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