Concepción del Uruguay, 10 de diciembre de 2008.
Los que le dispararon al Vicegobernador, fueron de avestruz y con mala puntería… Los que le pegaron a su… camarógrafo… eran mas chicos, pero con certeza.
La actitud es la misma, la pobreza es la misma... la cobardía es la misma.
Una pobrísima manifestación de mayor cantidad de camionetas y maquinaria agrícola -muy caras- que personas, intentaba demostrar su renovadamente fracasada ambición de seguir ganando dinero con el atropello.
Y de la impotencia.
Posiblemente nacida al desamparo de una propuesta de “duelo nacional” justo el día en que celebramos los argentinos democráticos el 25º aniversario del regreso de la Democracia a la Argentina. Justo el día de la Declaración Internacional de los Derechos del Hombre.
Posiblemente al desamparo de no más de 200 personas, que intentaban “convencer” a palos de su desgracia montada en 4 x 4 con aire acondicionado.
Una pobrísima manifestación de mayor cantidad de camionetas y maquinaria agrícola -muy caras- que personas, intentaba demostrar su renovadamente fracasada ambición de seguir ganando dinero con el atropello.
Y de la impotencia.
Posiblemente nacida al desamparo de una propuesta de “duelo nacional” justo el día en que celebramos los argentinos democráticos el 25º aniversario del regreso de la Democracia a la Argentina. Justo el día de la Declaración Internacional de los Derechos del Hombre.
Posiblemente al desamparo de no más de 200 personas, que intentaban “convencer” a palos de su desgracia montada en 4 x 4 con aire acondicionado.
Posiblemente al desamparo de horas que solo ellos recuerdan, algunos protagonistas que antes arrastraron bustos, mataron personas, desaparecieron inocentes…
El busto de Eva Perón, mancillado, aunque no su memoria, ríe todavía desde el recuerdo su maltrecha artesanía vestida de negro.
A sus espaldas, un camarógrafo, un empleado que no alcanza a ganar mensualmente el valor de una cubierta de la camioneta de alguno de los “pintores sin cabeza”, se atrevió a caminar rumbo a su trabajo.
Yo lo conozco. Se llama Lucas Ayala, empleado de Prensa de la Gobernacion, siquiera roza los 23 años de edad.
Lucas nació en Democracia.
A sus espaldas, un camarógrafo, un empleado que no alcanza a ganar mensualmente el valor de una cubierta de la camioneta de alguno de los “pintores sin cabeza”, se atrevió a caminar rumbo a su trabajo.
Yo lo conozco. Se llama Lucas Ayala, empleado de Prensa de la Gobernacion, siquiera roza los 23 años de edad.
Lucas nació en Democracia.
Nunca se imaginó que iba a conocer la noche tan temprano en la mañana.
Lucas pensó que la época en que se discutía a lo patotero era parte de los libros de historia y de los diarios que se dedican a rememorar en cada fecha como éstas, o cada 24 de Marzo.
Pero no fue así.
Pero no fue así.
Le escupieron huevos desde los 4 costados de una marcha impotente como sus escasos protagonistas.
Eran otros huevos.
Más chicos
Disparados con mayor puntería.
Tanto que le dejaron mucho olor en el cuerpo, pero un dolor profundo en el corazón.
¡“Alcahuete”!!! Le gritaron los bárbaros democráticos en su libre expresión, conseguida hace 25 años a fuerza de 30 mil desaparecidos. ¡¡¡“Chupamedias de Urribarri”.!!!
“¿A mì?” Se preguntó Lucas.
Esa pregunta provenía desde el dolor de no haber podido acompañar a su padre al Juzgado Federal, donde estaba –en ese preciso momento- declarando como querellante en el juicio por la verdad. La “Chancha” Ayala, el padre de Lucas, “se comió” 6 años preso.
Por los mismos huevos…
“A mí?” volvió a preguntarse..
- No hubo respuestas… más que más huevazos.
Estos eran de gallinas.
Los otros huevos, los que hay que tener para discutir de frente y con razones, los que hay que tener para trabajar sin soñar esa 4 x 4 desde donde provenían los huevazos, los que hay tener para sostener una idea.
Esos, solo los tuvo Lucas.
Por eso ríe Eva Perón desde su busto, aún pintada de negro.
Eran otros huevos.
Más chicos
Disparados con mayor puntería.
Tanto que le dejaron mucho olor en el cuerpo, pero un dolor profundo en el corazón.
¡“Alcahuete”!!! Le gritaron los bárbaros democráticos en su libre expresión, conseguida hace 25 años a fuerza de 30 mil desaparecidos. ¡¡¡“Chupamedias de Urribarri”.!!!
“¿A mì?” Se preguntó Lucas.
Esa pregunta provenía desde el dolor de no haber podido acompañar a su padre al Juzgado Federal, donde estaba –en ese preciso momento- declarando como querellante en el juicio por la verdad. La “Chancha” Ayala, el padre de Lucas, “se comió” 6 años preso.
Por los mismos huevos…
“A mí?” volvió a preguntarse..
- No hubo respuestas… más que más huevazos.
Estos eran de gallinas.
Los otros huevos, los que hay que tener para discutir de frente y con razones, los que hay que tener para trabajar sin soñar esa 4 x 4 desde donde provenían los huevazos, los que hay tener para sostener una idea.
Esos, solo los tuvo Lucas.
Por eso ríe Eva Perón desde su busto, aún pintada de negro.
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