viernes, 23 de septiembre de 2011

Cuando las fechas se exceden a sí mismas, o “el día de las pasiones”.

Paraná, 23 de Setiembre de 2011 
Un 23 de Setiembre de 1850, se apaga en Paraguay la vida del “Protector de los Pueblos Libres”, José Gervasio de Artigas, conocido en esa tierra guaraní como “Caraí Marangatú” ó “Padre de los Pobres”, el hombre que pusiera los cimientos del ideario federal que encarnaran otros después, dejando un legado que hasta hoy tiene materias incumplidas, producto, sobre todo, de los personalismos en que suele caer la política en todo el mundo y en todas las épocas.

En 1870, se crea una comisión nacional para promover las bibliotecas populares, motivo por el cual se recuerda este día, precisamente, el Día Nacional de las Bibliotecas Populares.

En 1947 el Poder Ejecutivo promulga la Ley 13010, del voto femenino, logro que se le indubitablemente atribuye a Maria Eva Duarte de Perón, Evita, que emitió luego su voto desde su cama de enferma, la que abandonaría muy pronto para ir en busca de sus descamisados, a los que les entregó el resto de amor que le quedaba. Hasta su último aliento.
Este hecho produjo que fuera establecido por la Ley 24.785 del año 1997 el día de los Derechos Políticos de la Mujer al día 23 de Setiembre.

Perón, justamente, es el que clava otro hito un 23 de Setiembre, pero de 1973, al ser elegido por una abrumadora mayoría, por tercera vez, como Presidente de los argentinos, siendo sorprendido antes de un año después por la muerte, dejando sin cumplir la premisa urgente de unir a los argentinos, urgencia que le impusiera la vuelta al país y a la política, quizás, para dedicarle sus últimos suspiros.

Pero he de dedicarle el colofón de esta nota, al día del Politólogo, porque debe ser, entre todos, el menos conocido y que está inspirado en uno de los primeros que entregaron su convicción y su vida a la Patria naciente.

Este Día del Politólogo fue instituido por Ley del año 2007, pero con antecedentes de haber sido presentadas otras iniciativas parecidas en años anteriores y se refieren, precisamente, al nacimiento de Mariano Moreno, quien, como veremos, inaugura quizás, las pasiones argentinas en este sentido.

Un 23 de setiembre de 1778, nacía Mariano Moreno, aquel romántico pero ferviente amante de la libertad, que escribiera desde la profundidad de la emoción herida «Yo he visto llorar muchos hombres por la infamia con que se les entregaba; y yo mismo he llorado más que otro alguno, cuando a las tres de la tarde del 27 de junio de 1806, vi entrar a 1.560 hombres ingleses, que apoderados de mi Patria se alojaron en el fuerte y demás cuarteles de la ciudad».

Ese romance con la palabra y la libertad, lo llevó a integrar la Primera Junta de Gobierno de lo que luego heredamos como Patria y desde allí, a crear el primer periódico, “La Gazeta de Buenos Aires” un 2 de Junio de 1810, cuyo primer número se imprimió el 7 de ese mes y año, fecha en la que se recuerda “el Día del Periodista”.

Puso desde allí, límites al espíritu librecambista de la junta de Mayo, lo que se ve reflejado en su pensamiento escrito, desde ese mismo órgano: "El extranjero –dice Moreno- no viene a nuestro país a trabajar en nuestro bien, sino a sacar cuantas ventajas pueda proporcionarse. Recibámoslo en buena hora, aprendamos las mejoras de su civilización, aceptemos las obras de su industria y franqueémosle los frutos que la naturaleza nos reparte a manos llenas. Pero miremos sus consejos con la mayor reserva..."

En la interpretación de algunos historiadores, éste puede haber sido uno de los hechos que lo enfrentaron a los “saavedristas”, quienes impusieron su postura política, enviándolo en misión a Inglaterra, “convencido por sus partidarios que temen por su vida” según expresa Pacho O´Donell en la obra “Pasiones” que comparte con Antonio Tarragó Ros.

Su mujer, Guadalupe Cuenca, le escribe cartas donde testimonia su amor y su tremendo vacío al sentirlo lejos, las que se acumulan en algún correo londinense porque Moreno había sido arrojado al mar, quizás con veneno en sus venas, 10 días antes de la última que se conoce, y que corresponde al 14 de Marzo de 1811.
Como se ve, hay fechas que se trascienden en los recuerdos.

Pero ésta en particular –en mi humilde interpretación- debe hacernos pensar acerca de cuánto nos queda todavía por hacer para cumplir los mandamientos que nos vienen desde los recuerdos a interpelar nuestra convicción de futuro común.

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