sábado, 17 de septiembre de 2011

Pobre Alfredito

Concepción del Uruguay, 19 de junio de 2009.

Ahora, con los nervios de punta, habiendo jugado todo, habiendo vociferado, insultado, cortado rutas, desabastecido a la población, haciendo subir precios que jamás retrocedieron, el hombre del lomo a 80 pesos, va mostrando el rostro que hace años anticipamos que tenía.
Nada justifica el odio ni la diatriba. Pero él no lo sabe.
Es su naturaleza.
Del gorilismo no se sale con aplausos, sino durante gobiernos no civiles, no democráticos. No positivos.
No alcanza con adelantar la asunción de los electos, no alcanza con decirle “pelotudo” a alguien que piensa distinto. No alcanza con alentar las cacerolas, que más que de teflón, terminaron siendo de goma.
No alcanza con votar más temprano porque la oscuridad es peligrosa para la salud del escrutinio.
Ahora, hay que volver a la década infame.
Cargar (como hacienda, que es lo que sabe manejar) en una camioneta a los “piones”  y decirles a quien hay que votar.
¿Qué van a saber estos pobre brutos a quién hay que votar?
Habría que saber si los cargarán por sexo o por escuela, por familia o por vecindad, por quiénes estén en negro y quiénes estén en blanco.
Aunque si se hiciera esto último, se sabría quienes están en negro.
Deben llevar camiones para ellos.
Tal vez, para los que estén en blanco, con una carretilla alcanza.
Y otra cosa.
Tener memoria.
Para los que no van a votar lo que el patrón quiera, habrá que decirle a los gritos, como en la década infame ¡¡¡¡Vos ya votaste!!!!!
Porque mire que hay paisanos rebeldes che!
Se va viendo. Si, si. Se va viendo.
Se va viendo que en algunos campos se contrata al padre de familia y se mete a toda la familia adentro, con un solo sueldo, claro.
Se va viendo que en los relevamientos sociales, se descubren niños discapacitados y la madre no quiere anotarlos como discapacitados, “porque si no el patrón nos tiene que pagar más y nos quedamos sin trabajo”.
Y no me vaya a decir que en mis palabras hay resentimiento social.
No me mueve la envidia, sino la alegría que este noble argentino comprometido con el país, abra la boca para mostrar la mugre que le rodea. Pero no solo en el decir, sino en el hacer.
El dirigente multifacético, multipartidario, alentador de cuanto “anti” ande por la Argentina, no discute el fondo de las cosas, sino las formas.
¿A qué partido pedirá que voten sus “piones” Alfredito si estuvo en los actos de todos los partidos?
Y eso que dice ser justicialista y pidió una interna con Busti…!
Habría que advertirle al capanga que las boletas vienen de a una, y que si se meten varias en un sobre se anula el voto.  Al menos eso, habría que recordarle.
Tal vez porque no recuerda para qué sirve el voto, como expresión de la voluntad popular. Tal vez porque no conoce la voluntad popular.
Me hubiera gustado escribir acerca de la importancia de la bandera, como unificadora de sentimientos y de intenciones.
Pero, como ve Usted, se va viendo que el honorable Paño cobija también a quienes la escupen desde el palco que le quede más cerca.

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